viernes, 4 de septiembre de 2009

Detectan agrupación binacional de zetitas

Los adolescentes son reclutados en ciudades como Juárez, Houston, San Antonio y Laredo.En mayo pasado el cártel de Juárez pagó a tres niños-sicarios por ejecutar a un infiltrado.

Nuevos grupos de asesinos a sueldo se extienden en la franja froteriza de Ciudad Juárez-Laredo, sólo que se trata de adolecentes de entre 15 y 19 años de edad conocidos como zetitas o pequeños zetas.
A su corta edad, son sanguinarios y violentos. Incluso jóvenes estadunidenses participan en las ejecuciones. El pasado 15 de mayo, Michael Jackson Apodaca, un soldado adscrito a la base de Fort Bliss, Texas, disparó ocho tiros contra José Daniel González Galeana, lugarteniente del cártel de Juárez, también informante de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE), razón de peso para terminar acribillado en la puerta de su casa, en El Paso. En agosto pasado, Jackson Apodaca, Chris Durán y un menor no identificado (por tener 15 años) fueron acusados de “liquidar bajo contrato” al capo.
Es la versión mexicana del famoso Cártel de los sapos colombiano, que en opinión de expertos confirma los presagios de investigadores como John Baily, de la Universidad de Georgetown, que en 2004 hablaba ya de la inminente colombianización de México. En opinión de Rand Corp., el famoso think-tank de California, nada de esto sorprende a quienes durante 20 años se dedicaron a analizar el impacto del narco en Colombia.
El patrón colombiano comienza a emerger en México con la diversificación de actividades ilícitas, como el secuestro y otros crímenes que generan altos ingresos. “Hasta hace pocos años —dice Rand—, Colombia fue el país con más secuestros, ejecuciones y uso de técnicas cada vez más grotescas. Pero ahora el fenómeno se trasladó a México, al grado que el Departamento de Estado emite constantes alertas de peligro para los turistas”.
Rand compara a los dos países en los “estratosféricos números” de víctimas del narco, la militarización para combatir el tráfico de drogas y la asistencia militar de Estados Unidos a través del Plan Colombia (1999) e Iniciativa Mérida (2007), que “no han dado resultados mínimamente esperanzadores”.
En un análisis enviado a MILENIO por Strafor, la agencia privada de inteligencia conocida en el submundo del espionaje como “La sombra de la CIA”, Scott Stewart y Fred Burton afirman que ya existe en nuestro país un cártel de los sapos conformado por narcotraficantes “soplones”, que son ejecutados por pandilleros adolescentes que deambulan en la frontera con armas de alto calibre y aceptan cualquier “trabajito” a cambio de importantes cantidades de dólares.
Strafor —presidida por George Friedman, catedrático de asuntos de seguridad y defensa en el Colegio de Guerra de la Armada estadunidense, The National Defense University y Rand— informa que fue Rubén Rodríguez Dorado, también lugarteniente del cártel de Juárez, quien “reclutó” a los tres jóvenes para ejecutar al soplón.
Rodríguez, quien trabaja como “agente doble” para agencias de Estados Unidos, podría ser un infiltrado en la organización criminal. “No queda claro si actúa con el beneplácito de sus jefes de la mafia, quienes con sus enormes recursos cuentan con un avanzado centro de contrainteligencia con sucursales en más de 200 ciudades en México y Estados Unidos”. Lo que es real es que autorizan a gente de confianza para hacer el “doble juego” y de ese modo “manipular” y “distraer” a las autoridades estadunidenses.
Strafor admite que es imposible saber el número de “informantes” al servicio de los capos que trabajan con las agencias de Estados Unidos. Sin embargo, es un hecho que los cárteles infiltraron a docenas de matones en ICE, DEA, FBI y el Comando de Investigaciones Criminales del Ejército, entre otras instancias.
Agencias pelean por espías
Sostiene que una declaración hecha en una corte texana reveló que en los últimos 10 meses cuatro aspirantes a convertirse en agentes del ICE resultaron ser “filtros” de los cárteles. Fueron sometidos a estricta investigación. “Estos cuatro sujetos son los únicos que hasta ahora fueron descubiertos, pues no todas las agencias aplican los mismos medios de escrutinio y menos comparten nombres de sus informantes con otras agencias por temor a que se los roben.
“La sofisticación de Rodríguez para investigar y vigilar a sus presas es impresionante”, insiste Strafor, pues la ejecución de González Galeana no es la primera que prepara y que turna a los zetitas. Según documentos de la corte estatal, Rodríguez reconoció que también trabajaba bajo contrato para vigilar blancos y asesinarlos en México. Lo anterior es del conocimiento de la ICE o al menos es lo que deduce el instituto de inteligencia con base en Austin, Texas.
Pese a que no presenta evidencias de que agencias de Estados Unidos “asistieron” a Rodríguez para encontrar a González, reclutar a los jovenes y matarlo, “sus vínculos con la ICE fueron muy útiles para camuflar sus actividades y le otorgaron ciertos niveles de protección oficial”.
Tener amigos en el ICE, agregan, le permitió cruzar la frontera sin problemas y desviar cualquier sospecha en caso de ser atrapado mientras preparaba el golpe. También otras agencias operan con “informantes”, quienes finalmente son “fuentes de un valor increíble”, ya que conocen las entrañas de las organizaciones criminales, planes, operadores y jefes.
“En el violento mundo de los cárteles mexicanos, es extremadamente peligroso infiltrar agentes estadunidenses. Por tanto, la opción de contratar sapos es más redituable. A su vez, éstos subcontratan a adolescentes para llevar a cabo las ejecuciones, comenta Strafor.
En Estados Unidos temen que la creación de un cártel de los sapos obligue a muchos a internarse más allá de la frontera con México. “No existe un lugar donde (los soplones) puedan esconderse. Más aún, incidentes como la muerte de González propiciará que la mafia mexicana envíe a sicarios y sus zetitas a buscarlos” a cualquier lugar.
La modalidad de reclutar adolescentes es evidente en Laredo, Juárez, San Antonio y Houston, donde los jóvenes son entrenados por zetas en el arte de asesinar con las peores tácticas. Strafor concluye que contratarlos es una gran opción: “Son fácilmente influenciables y están ávidos de ganar mucho dinero y respeto”.
- Claves
El sapo, delator• Un sapo en Colombia es un delator que pertenece a una organización criminal y mientras finge lealtad a los capos, negocia su propia libertad con agencias de Estados Unidos.
• Los sapos cobraron fama tras la publicación del libro que escribió el ex narcotraficante Andrés López, La Florecita, actualmente libre y con residencia en Miami.
• López vendió los derechos de su novela a TV Caracol y resultó ser una de las series más exitosas de América Latina. Basada en hechos reales, el ex narco relata la “verdadera” historia de uno de los más poderosos cárteles del narcotráfico colombiano, el del Norte del Valle. México, D.F. (Milenio)

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