Informa Sonia Guadalupe Robles que tanto su hijo, como su esposo Maximiano Barbosa, siguen con vida y ambos se encuentran en terapia intensiva
La esposa de Maximiano Barbosa Llamas, fundador del Barzón, Sonia Guadalupe Robles, aseguró que tanto su hijo como su esposo siguen con vida y ambos se encuentra en terapia intensiva.
Desmiente que ellos hayan tenido recientemente problemas de tierras o tratos de venta con posibles narcotraficantes como algunas autoridades lo han manifestado.
Respecto al atentado que sufrieron el pasado miércoles, comentó que fueron dos hombres los que ingresaron al balneario donde la familia suele ir a nadar a diferente hora, quienes arribaron en un auto Jetta color negro con placas del estado de México y que esa misma mañana fue visto por la salida al municipio de Casimiro Castillo.
Guadalupe Robles asegura que los hombres son gatilleros pagados para asesinarlos, pues ellos los vieron y son personas que no conocían. Refiere que antes de disparar contra su esposo, los agresores le gritaron "¡Emiliano!" lo que significa que desconocían totalmente a Maximiano.
El agresor disparó a Maximiano mientras corría hacia él, hiriéndolo en ocho ocasiones: cuatro veces en la espalda, una en el pecho, una en la mano y una en la pierna. Su hijo recibió dos balazos en la cabeza cuando aún se encontraba dentro de la alberca.
La señora y dos hermanos de Maximiano, Rubén y Apolinar Barbosa Llamas, denuncian que tras el atentado sus familiares no pudieron ser atendidos ni en Casimiro Castillo ni en Autlán de Navarra porque los hospitales no cuentan con quirófano ni con los materiales necesarios para hacerlo, por lo que tuvieron que contratar una ambulancia del hospital San Javier de Guadalajara, que tardó cuatro horas en llegar para poder transportar a Maximiano. Su hijo fue llevado en una ambulancia del IMSS.
Se quejó de que las autoridades expresen que su esposo Maximiano Barbosa pudiera estar relacionado con el narcotráfico: "todo lo quieren unir al narco, es una forma de no cumplir con su responsabilidad de dar seguridad a las personas", lamentó. Guadalajara, Jal./Maé López Aranda (El Universal)
Desmiente que ellos hayan tenido recientemente problemas de tierras o tratos de venta con posibles narcotraficantes como algunas autoridades lo han manifestado.
Respecto al atentado que sufrieron el pasado miércoles, comentó que fueron dos hombres los que ingresaron al balneario donde la familia suele ir a nadar a diferente hora, quienes arribaron en un auto Jetta color negro con placas del estado de México y que esa misma mañana fue visto por la salida al municipio de Casimiro Castillo.
Guadalupe Robles asegura que los hombres son gatilleros pagados para asesinarlos, pues ellos los vieron y son personas que no conocían. Refiere que antes de disparar contra su esposo, los agresores le gritaron "¡Emiliano!" lo que significa que desconocían totalmente a Maximiano.
El agresor disparó a Maximiano mientras corría hacia él, hiriéndolo en ocho ocasiones: cuatro veces en la espalda, una en el pecho, una en la mano y una en la pierna. Su hijo recibió dos balazos en la cabeza cuando aún se encontraba dentro de la alberca.
La señora y dos hermanos de Maximiano, Rubén y Apolinar Barbosa Llamas, denuncian que tras el atentado sus familiares no pudieron ser atendidos ni en Casimiro Castillo ni en Autlán de Navarra porque los hospitales no cuentan con quirófano ni con los materiales necesarios para hacerlo, por lo que tuvieron que contratar una ambulancia del hospital San Javier de Guadalajara, que tardó cuatro horas en llegar para poder transportar a Maximiano. Su hijo fue llevado en una ambulancia del IMSS.
Se quejó de que las autoridades expresen que su esposo Maximiano Barbosa pudiera estar relacionado con el narcotráfico: "todo lo quieren unir al narco, es una forma de no cumplir con su responsabilidad de dar seguridad a las personas", lamentó. Guadalajara, Jal./Maé López Aranda (El Universal)
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