lunes, 31 de agosto de 2009

Policías de León toleran a narcos de San Miguel

Policías de León toleran a narcos de San Miguel. Los vecinos ya los denunciaron muchas veces pero nadie les hace nada

Policías de León conviven con narcos en el Barrio de San Miguel, y éstos controlan la venta de droga con impunidad.
MILENIO documentó en una investigación, la operación de una red de distribuidores que despacha en la calle Independencia y sus alrededores, y recopiló testimonios de 10 testigos que aseguran que nadie les hace nada por más que los denuncian.
Una de las fotografías detalla como ‘El Chayito’,-a quien identifican vecinos como uno de los principales líderes del tráfico de la zona-, se acerca a una patrulla con policías abordo cuando circulan afuera de la finca donde esconden la mercancía ilícita.
‘El Chayito’es un joven delgado, moreno claro, que viste de cholo, está pelón y usa barba ocasional. Su jefe es su tío, al que le llaman ‘El Juma’, Juan Manuel Castillo.
En la foto, viste playera blanca, pantalones de mezclilla, dos teléfonos celulares y se acerca una patrulla tipo pick up, y un policía con casco, chaleco antibalas y uniforme camuflajeado observa el encuentro desde la caja de la camioneta.
La venta de droga ha sido reportada unas 50 veces por vecinos ante la PGR, la Procuraduría de Justicia, la Policía Municipal y en programas de radio, pero el problema continúa latente.
“No nos hacen caso. Estamos desesperados porque hemos denunciado muchas veces, pero no hacen nada, los agarran y como a la hora ya andan libres otra vez, nadie los molesta”, denunció un vecino que pidió el anonimato.
Es un negocio redondo.
En una vecindad descuidada, que ellos identifican como ‘Base’, es el sitio donde almacenan la droga y en una finca de enfrente también la guardan.
Los vendedores operan en tres turnos la venta: El primero comienza de las 10:00 de la mañana a las 5:00 de la tarde; el segundo de las 5:00 a las 12:00 de la noche y el último que es de las 12:00 de la noche a las 4:00 de la mañana, según explicaron testigos.
“No les hacen nada, pasan y pasan patrullas todo el día, y luego a veces se levantan a uno, y se lo llevan al Parque del Árbol, y vuelve rápido el que se llevaron. Se orillan las patrullas o a media calle y se ponen a platicar”, denunció otro colono.
Según la versión de los vecinos, la red tiene al menos 10 años que vende ahí y al día llegan alrededor de 40 clientes, en vehículos de todo tipo, desde modestos hasta lujosos, incluso hasta compradores que arriban con camionetas oficiales.
En otra fotografía que MILENIO tomó aparece otro joven al que señalan como ‘El Oso’, otro de sus colaboradores. Está recargado en una pared junto ‘El Chayito’ con otros dos menores, y están jugando como si se pelaran.
La droga la esconden en una vecindad que tiene el número 931 de la calle Independencia. Es una casa con puerta negra metálica.
Algunos de los que viven ahí son integrantes de la banda ‘Los Panchitos’.‘El Chayito’ trabaja en una camioneta color verde, Chevrolet Bleazer, con placas extranjeras. Toda la mañana y la tarde se la pasa dando vueltas en busca de clientes que remite a quienes surten de droga.
Algunos de los que la distribuyen usan bicicletas.
La zona de influencia de los vendedores de droga, se extiende más allá de la Independencia, y llega a la Río Balsas, Río Lerma, Tierra Blanca y Centenario. También operan a unas calles de la casa donde viven las hermanas del gobernador del estado.
Los narcos presumen que tienen una sucursal en la colonia 10 de Mayo.
La banda tiene a unos cinco ‘esquineros’ que cuidan en los cruces decalles que no se acerquen policías desconocidos.
“Cuando es una patrulla conocida no corren, y hasta se acercan a saludar a los policías. Cuando es de las desconocidas, mejor corren”, dijo una vecina.
Uno de los policías que supuestamente tienen trato con los narcos es uno al que se le conoce como ‘Collazo’, y dicen que hay otro ex policía que le dicen ‘Funes’.
Los narcos tienen un camión en el que trasladan un sonido musical que acude a tocar a colonias populares y a fiestas de barrios.
Otros de los que trabajan con la red son es un tipo al que le dicen ‘El Pollo’, y Doña Rosa, que es la que se encarga de la contabilidad de la venta de cebollitas.
Al día el pago es de 350 pesos a cada distribuidor. León, Gto. (Milenio)

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