miércoles, 4 de noviembre de 2009

Capturan a robachicos


Por : Edmundo Olivares Alcala

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) capturó a tres médicos, una enfermera y el recepcionista de un hospital privado involucrados en el presunto robo y venta de niños recién nacidos, a cuyas madres engañaron de que los bebés fallecieron. Las indagatorias continúan, pues el grupo delictivo pudiera estar relacionado con más denuncias.

En conferencia de prensa el titular de la Subprocuraduría de Averiguaciones Previas Desconcentradas de la PGJDF, Luis Genaro Vásquez Rodríguez, informó que también fueron detenidos un matrimonio y una mujer soltera que compraron a dos niñas, a quienes registraron como hijas suyos.

Precisó que los detenidos son los médicos Víctor Manuel Mancera González, Jorge Adalberto Guerrero Bustos y Alfredo Ortiz Rosas, de 74, 55 y 52 años, respectivamente, así como la enfermera María Guadalupe Castro Morales, de 58, y el recepcionista Leonel Rodríguez Mondragón, a quienes se acusa de los delitos de tráfico de menores, uso de documento falso y delincuencia organizada.

También, señaló el funcionario, fueron capturados el matrimonio formado por Antonio Merino Hernández, de 46 años, y María de la Luz Ruiz Padilla, de 39, así como Cinthia Nayeli Pérez Ortiz, de 37 años. En ambos casos les fueron vendidas dos niñas que nacieron en el Hospital Central de Oriente, ubicado en Calzada Ignacio Zaragoza número 491, colonia Valentín Gómez Farías, delegación Venustiano Carranza.

Por ello, anunció, la institución ya inició los trámites correspondientes para la extinción de dominio del hospital, donde por ahora fueron asegurados instrumental y demás bienes muebles de ese nosocomio.

De acuerdo con las evidencias, la denunciante dijo que el nacimiento de su hija ocurrió el 25 de octubre de 2008, a las 17:11 horas. Que nunca vio a la menor, pero si la escuchó llorar, pidiéndole en repetidas ocasiones al médico Ortiz Rosas la dejara ver a su hija. Pero el galeno le respondió que sería más tarde, una vez que se recuperara de la anestesia y de la cesárea a que fue sometida.

Posteriormente el doctor Víctor Manuel Mancera le informó que la niña fue llevada al Hospital Infantil “Moctezuma” para su atención. Un día después, el médico Ortiz le dijo: “Tu hija murió. No se pudo hacer nada por ella. Nació con insuficiencia respiratoria. Traté de salvarla pero murió”. Le afirmó que el cadáver fue incinerado.

El 27 de octubre, añadió, le requirió al médico las cenizas de su hija o en su defecto el acta de defunción, y éste le contestó: “Ya te dije, murió. La llevé a incinerar. No hay más que decir ni hacer, los documentos están en trámite”.

Luego recibió un correo electrónico del hijo del dueño de la clínica, en el cual le reveló que su hija estaba viva. “El doctor Ortiz la acomodó con una familia y, por supuesto, recibió una muy buena lana”, le comentó en el mensaje.

El emisor fue interrogado, lo mismo que otros testigos. Todos coincidieron en que la bebé fue vendida a un matrimonio con domicilio en el municipio de San Vicente Chicoloapan, Estado de México.

Fue así como policías de la PGJDF capturaron a María de la Luz Ruiz Padilla y Antonio Merino Hernández, quienes aceptaron haber adoptado a una niña, la que se creyó en un principio era la hija de la denunciante, lo cual resultó falso una vez practicada la prueba de genética.

La pareja declaró que el pasado mes de abril le fue “regalada” la niña de siete meses de nacida, la cual era hija de una señora que vivía en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México. Esto se los comentó una amiga, quien sabía que ellos, el matrimonio, no podían tener hijos y por lo cual deberían de aprovechar tal situación.

Días después fueron por la niña, la cual le fue entregada por la amiga, por lo que nunca conocieron a la madre biológica. Incluso, mostraron el documento en el que la mujer les cedió los derechos de la pequeña, puso su nombre, firma y entregó copia de la credencial de elector.

Ante el problema de registrar a la niña como hija suya, buscaron alguien que les ayudara. Fue así como conocieron al doctor Víctor Manuel Mancera, dueño del Hospital Central de Oriente, quien les firmó la constancia de alumbramiento, cobrándoles 12 mil pesos.

Las indagatorias continuaron y llevaron a la captura de la psicóloga Cinthia Nayeli Pérez Ortiz, quien en noviembre de 2008 compró una niña en 15 mil pesos, a cuya menor registro como hija suya con los documentos que le entregaron.

En su declaración la mujer aceptó los hechos. Aunque dijo que en realidad desde hace cinco años entabló contacto con otro médico, quien está prófugo, al cual le confesó que no podía tener hijos.

El galeno le dijo que desde hace años practicaba legrados, por lo que podía conseguirle un bebé sin problemas, ya que sus madres no los querían y en muchas ocasiones los abandonaban o querían que murieran.

Añadió que dicho sujeto le explicó que en ocasiones lograba convencer a las madres mantener el producto hasta por 6.5 meses, para luego sacárselos e inyectarles a éstos una solución para que maduraran sus pulmones y corazón. Posteriormente, les conseguían parejas o mujeres que no pudieran tener hijos.

Por ello, le aseguró que tenía posibilidad de conseguirle un bebé. Para lo cual tenía que pagar 15 mil pesos, de los cuales daba 10 mil como adelanto y el resto cuando le fuera entregado el producto.

La declarante y detenida dijo que así lo hizo, pero el médico no cumplió. Fue hasta finales de septiembre o principios de octubre de 2008 cuando el galeno volvió a contactarla para preguntarle si seguía interesada en un bebé. Contestándole afirmativamente. Le dijo que ya tenía un cachorro, refiriéndose al bebé recién nacido.

A los pocos días la citó en las inmediaciones de la estación del metro “Puebla”, donde le entregó a una niña. Además, luego de pagar los cinco mil pesos restantes, el médico le dio el acta de alumbramiento expedida por el Hospital Central de Oriente, en la que asentaron como fecha de nacimiento de la niña el 18 de noviembre de 2008, diciéndole que “la cachorrita está en buen estado y tiene ocho meses”.

Esta niña, luego de efectuarle los estudios de genética por parte de los especialistas de la PGJDF , resultó ser la hija de la denunciante.

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