El subprocurador dijo que esas personas se encuentran en perfecto estado de salud y que cuando se les encontró les brindaron atención médica para controlar los nervios
El subprocurador de Justicia, Alfredo Castillo Fernández, negó las versiones que refieren la desaparición de tres personas que fueron tomadas como rehenes por el grupo de delincuentes que se enfrentó a la policía a tiros y con granadas de fragmentación frente a una marisquería en Tultitlán.
Explicó que cuando los presuntos delincuentes abandonaron ese local comercial sí se llevaron a tres personas, entre ellas una mujer, pero explicó que éstas fueron abandonadas unas cuadras adelante, junto con la patrulla de la policía municipal de Coacalco, una camioneta Pick Up que utilizaron para huir.
Detalló que esas personas se encuentran en perfecto estado de salud y dijo que cuando se les encontró les brindaron atención médica para controlar los nervios y posteriormente se les presentó ante el Ministerio Público para que aportaran información que permitiera la identificación de los delincuentes.
Sobre las personas que perdieron la vida en ese incidente, el subprocurador de Justicia en Tultitlán refirió que se trató de los policías Jesús Mayén y Raúl Hernández Contreras, además del civil Julio Gómez, quien presuntamente fue alcanzado por el fuego cruzado en el lugar.
Castillo Fernández desmintió también que una mujer haya quedado muerta al interior del restaurante de mariscos donde los sujetos se atrincheraron para hacer frente a la policía.
“En el restaurante únicamente se ubicó el cadáver del policía municipal de Coacalco, Jesús Mayén, y no había ningún cuerpo más”.
El funcionario de la procuraduría de justicia mexiquense indicó que hay cuatro personas detenidas por esos hechos, quienes se presentarán públicamente una vez que se determine su grado de participación en el enfrentamiento.
Únicamente refirió que quien ya reconoció que sí pertenece al grupo delictivo es un hombre llamado Francisco Javier Carmona Cervantes, quien incluso aportó información precisa sobre una casa de seguridad que operaban en Tultitlán, en la que ya se hizo un cateo y se encontraron armas y otros artículos que revelan actividades ilícitas.
El subprocurador de Justicia, Alfredo Castillo Fernández, negó las versiones que refieren la desaparición de tres personas que fueron tomadas como rehenes por el grupo de delincuentes que se enfrentó a la policía a tiros y con granadas de fragmentación frente a una marisquería en Tultitlán.
Explicó que cuando los presuntos delincuentes abandonaron ese local comercial sí se llevaron a tres personas, entre ellas una mujer, pero explicó que éstas fueron abandonadas unas cuadras adelante, junto con la patrulla de la policía municipal de Coacalco, una camioneta Pick Up que utilizaron para huir.
Detalló que esas personas se encuentran en perfecto estado de salud y dijo que cuando se les encontró les brindaron atención médica para controlar los nervios y posteriormente se les presentó ante el Ministerio Público para que aportaran información que permitiera la identificación de los delincuentes.
Sobre las personas que perdieron la vida en ese incidente, el subprocurador de Justicia en Tultitlán refirió que se trató de los policías Jesús Mayén y Raúl Hernández Contreras, además del civil Julio Gómez, quien presuntamente fue alcanzado por el fuego cruzado en el lugar.
Castillo Fernández desmintió también que una mujer haya quedado muerta al interior del restaurante de mariscos donde los sujetos se atrincheraron para hacer frente a la policía.
“En el restaurante únicamente se ubicó el cadáver del policía municipal de Coacalco, Jesús Mayén, y no había ningún cuerpo más”.
El funcionario de la procuraduría de justicia mexiquense indicó que hay cuatro personas detenidas por esos hechos, quienes se presentarán públicamente una vez que se determine su grado de participación en el enfrentamiento.
Únicamente refirió que quien ya reconoció que sí pertenece al grupo delictivo es un hombre llamado Francisco Javier Carmona Cervantes, quien incluso aportó información precisa sobre una casa de seguridad que operaban en Tultitlán, en la que ya se hizo un cateo y se encontraron armas y otros artículos que revelan actividades ilícitas.
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