El escondite de una banda de ladrones está ubicado en una vieja vecindad materialmente abandonada, en las calles de Álvarez y Tapia
El escondite de una banda de ladrones está ubicado en una vieja vecindad materialmente abandonada, en las calles de Álvarez y Tapia.
Antes de que ingresaran a esta vecindad y volvieran a darse a la fuga, tres de los integrantes de esta banda fueron detenidos por la policía.
Jesús Alberto Cantú, de 25 años; Fernando Guerrero Sánchez, de 30 y Ramón David Guzmán, no alcanzaron a esconderse.
Cada uno de ellos, fue reconocido por un vecino, de ser quienes alrededor de las 11:30 horas, lo asaltaron con un cuchillo en su negocio de la calle Serafín Peña.
La propiedad que es utilizada como refugio tiene una escalera en forma de caracol, la cual comunica a la planta baja con el segundo piso.
Al llegar a la planta alta, existe un pasillo de aproximadamente 20 metros de largo y a sus lados vestigios de lo que en una época fueron 10 habitaciones.
En el interior de cada uno de estos cuartos de tres por tres metros, hay basura, desechos, colchones viejos, ropa sucia, excremento y pedazos de madera podrida.
Al final del pasillo, hacía el lado derecho se muestra una escalera, las cuales desaparecieron bajo kilos de basura acumulada a través del tiempo; estos escalones terminan en un sótano, que en realidad era una habitación.
Marcial Pasarón/Monterrey, NL (Milenio)
lunes, 22 de junio de 2009
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