lunes, 28 de diciembre de 2009

Vinculan a El jefe de jefes con 46 ejecuciones en Guerrero

De acuerdo con funcionarios policiacos, bajo esa consigna trabajaron sus sicarios en varios puntos del estado, ya sea con granadas y armas de fuego de alto poder, dejando al menos 46 ejecutados, algunos de ellos descuartizados.

En poco más de 100 días previos a su muerte, Arturo Beltrán Leyva, El jefe de jefes, decidió “limpiar” Guerrero de secuestradores, violadores, asaltabancos, extorsionadores, rateros de casa-habitación y de asaltantes de turistas.

De acuerdo con funcionarios policiacos, bajo esa consigna trabajaron sus sicarios en varios puntos del estado, ya sea con granadas y armas de fuego de alto poder, dejando al menos 46 ejecutados, algunos de ellos descuartizados.

Todos los cuerpos aparecieron con un mensaje firmado por El jefe de jefes.

En las cartulinas se le pedía a la sociedad no temer: “le pido a toda la ciudadanía no lo tomen a mal, esto es por el bien de todos; atentamente el Jefe de Jefes”.

El registro de esa “limpia” se recrudeció entre el 12 de septiembre y el 16 de diciembre pasados.

En esos días, los delincuentes comunes que fueron ejecutados se localizaron así: 23, en Acapulco; 14, en Chilpancingo; seis, en Coyuca de Benítez; uno, en Atoyac de Álvarez, y uno más en Tlapehuala.

En octubre fue cuando más personas fueron ajusticiadas con 25, 14 en Acapulco. El día 9 fue el más violento con 11 ejecuciones.

Ahora se sabe que Beltrán Leyva también era la cabeza de lo que se conoce como La Empresa, organización que “no perdona a secuestradores y traidores y a todos los que se salgan del manual, atte. El jefe de jefes”.

De esa sentencia nadie escapaba: militares, municipales, estatales y federales, así como alcaldes, comerciantes y empresarios.

Las cuerpos fueron dejados con manos y pies amarrados hacia atrás, abandonados lo mismo en parajes desolados, afuera de un mercado, en basureros, en camionetas o colgados de un puente. Todas las víctimas tenían huellas de tortura.

El jefe de jefes también gustaba de ser macabro. Sus sicarios dejaban coronas fúnebres en oficinas y domicilios particulares antes de ejecutar a sus víctimas.

El pasado 10 de diciembre, seis días antes de su muerte, Arturo Beltrán Leyva alcanzó su clímax de crueldad: presentó sus primeros cuatro descuartizados, cuyas extremidades fueron esparcidas en el pavimento y dejadas en bolsas de plástico afuera de una escuelala secundaria, en Chilpancingo.

Dejaron cercenadas cabezas, orejas, brazos, manos piernas, pies y los penes. Entre los restos, un narcomensaje: “Manden gente más capacitada, vengan a recoger su puta basura, atentamente el jefe de jefes”.

Incluso, el día de su muerte, el 16 de diciembre, a las 5 de la mañana, otros dos hombres fueron hallados descuartizados por órdenes de Beltrán Leyva. Los restos fueron esparcidos en la glorieta del monumento a Las Banderas y con el mensaje: “Por el bien de todos… att. el jefe de jefes”.

Presuntamente ese fue el último recado de Arturo Beltrán Leyva horas antes de morir durante el enfrentamiento con marinos que intentaban detenerlo en el complejo residencial Altitude, en Cuernavaca, Morelos.

Decomisan tonelada de mota en BC

Personal de la Segunda Zona Militar informó que en coordinación con las policías municipal y estatal decomisaron mas de una tonelada de mariguana en Playas de Tijuana, Baja California. Fue detenido Efraín Patrón Sánchez, El Efra, y tres personas más quedaron sólo como presentados.
Acapulco, Gro.

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