Por: Gabriel Castillo
El jefe de control de la venta de drogas en Morelia, Michoacán, y líder de la
organización criminal “La Familia”, Gerardo Armando Jaime Morales Palomino (a)
“El Diablito”, fue capturado por elementos de la Policía Federal Preventiva
(PFP), ante la cual aceptó ser la persona que se encarga de recibir cargamentos
de pseudoefredina y artículos piratas, procedentes de Asia.
El sujeto fue arrestado por los elementos federales el día sábado 31 de julio en
Morelia, Michoacán, y ante ellos confesó que dentro de sus actividades ilícitas
en las organización también se encarga de rentar casas de “seguridad, así como
la compra-venta de vehículos.
Morales Palomino realizaba actividades directas con Alberto Espinosa Barrón
(a) “La Fresa”, y Antonio Rueda Medina, (a) “La Minsa”.
Finamente, informó la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF), que “El
Diablito” formó grupos encargados de la distribución de las drogas en las
“tienditas” así como extorsionar a diversas personas y comerciantes, plagiar
personas acaudaladas y “levantar” a las personas que les estorbaban para luego
sacrificarlas.
El jefe de control de la venta de drogas en Morelia, Michoacán, y líder de la
organización criminal “La Familia”, Gerardo Armando Jaime Morales Palomino (a)
“El Diablito”, fue capturado por elementos de la Policía Federal Preventiva
(PFP), ante la cual aceptó ser la persona que se encarga de recibir cargamentos
de pseudoefredina y artículos piratas, procedentes de Asia.
El sujeto fue arrestado por los elementos federales el día sábado 31 de julio en
Morelia, Michoacán, y ante ellos confesó que dentro de sus actividades ilícitas
en las organización también se encarga de rentar casas de “seguridad, así como
la compra-venta de vehículos.
Morales Palomino realizaba actividades directas con Alberto Espinosa Barrón
(a) “La Fresa”, y Antonio Rueda Medina, (a) “La Minsa”.
Finamente, informó la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF), que “El
Diablito” formó grupos encargados de la distribución de las drogas en las
“tienditas” así como extorsionar a diversas personas y comerciantes, plagiar
personas acaudaladas y “levantar” a las personas que les estorbaban para luego
sacrificarlas.
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